domingo, 1 de noviembre de 2015

De emprendedores a empleados rasos


Tuve la fortuna de ser Regente de Farmacia cuando aún creíamos en la profesión, cuando aún eramos Jefes cuando la palabra "apoyo de" no existía en nuestro ejercicio.

Ahora tengo la poca fortuna de ver como con el transcurrir del tiempo el Regente de Farmacia se dejó absorber de la visión de auxiliar superior que otros le han vendido hasta el punto de que en muchos lugares gana más el Auxiliar de Farmacia, el verdadero auxiliar que el Regente de Farmacia intenta suplir y además presta su título asumiendo la responsabilidad.

Todo comenzó cuando en el 2005 la normativa de un plumazo intentó dejar la Regencia de Farmacia sin Farmacia y lo encajonó solo como apoyo del Modelo de Gestión pasando por encima de la Ley 485 de 1998, luego en el 2006 hizo el parche pero el daño comenzó a verse.

Pero lo malo no fue en si la norma fue la falta de conciencia del Regente de Farmacia que estaba tan ocupado conduciendo que se le olvidó tanquear y cuando se dio cuenta comenzaron a llegar otros profesionales bajo la figura de "asesorías" o "coordinación" de hasta 5 servicios farmacéuticos y pasamos de la Jefatura al Capataz.

En el 2006 el Ministerio de Educación emite la Resolución 1963 donde coloca las condiciones mínimas de oferta del programa, situación muy bien utilizada por las Universidades que ven la oportunidad de "prestar" el programa a instituciones de ciudades pequeñas donde no hay ni siquiera colegas en ejercicio y las clases terminan en manos de médicos y enfermeras que ven la farmacia como la bodega y no como el servicio. Para muchos lo importante era el título.

La estocada final la da el SENA con el programa exprés que formó cientos en lugares donde se requerían 5 colegas y luego los abandonó a su suerte.

Todo esto delante de la vista de miles de colegas que pensábamos que estábamos en la "zona de confort" una zona que hoy día no da para una colchoneta, tanto que muchos se ofrecen como Auxiliares de Farmacia.

Hoy día tenemos 19 programas en mas de 30 ciudades y donde el Regente de Farmacia no es docente ni tampoco invitado a compartir con los nuevos colegas, colegas que creen que su destino es trabajar en el sistema hospitalario.

Mientras todo esto ocurre, la Droguería cuyo manejo debería estar en manos de los Regentes de Farmacia (muchos no saben que para eso nació la Regencia de Farmacia hace 48 años) maneja la bicoca de $5 billones de pesos al año, todo con el beneplácito de un Estado que se hace el de la vista gorda frente al problema de Salud Pública que representa el empírico protegido por un gremio que no tiene intención de profesionalizarse y seguir su modelo mercantilista.

El daño está hecho, basta preguntarle a los colegas que aceptan cargos con salarios inferiores a Auxiliares de Farmacia para escuchar la justificación de que no hay otras opciones y otros tantos que deben aceptarlos para aprender lo que la U no les aportó.

¿Como solucionar? con un cambio de actitud que comienza desde la Academia y en manos de los Regentes de Farmacia, no se puede esperar de quien lo ve como un apoyo, debe hacerse desde los mismos colegas.

El próximo 5 de diciembre se cumplen 48 años de la Ley del Regente de Farmacia y el balance no podría ser peor: entre todos estamos enterrando la profesión a cambio de unas monedas de alguien que tampoco hace pero si cobra, se nos olvidó que nuestra labor es "Rescatar la Farmacia por la Salud del Pueblo"