domingo, 17 de julio de 2016

¿Hasta cuando Droguerías?

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Cuando un extranjero llega a Colombia lo primero que nota es que en nuestro país no hay Farmacias como en todo el mundo, tampoco se ve la Cruz Verde como identificación genérica, solo ver que si entra por el aeropuerto El Dorado lo que encuentra es una "Droguería", que el país habla de "Droguistas" y que muchos se consideran así mismos "Tiendas".

Cuando doy conferencias o escribo sobre este tema debo ajustar mi terminología si es para Colombia (Droguería) o si es para otros países (Farmacia), y a veces se me va el término Colombiano y me toca explicar que en nuestro país se denomina "Droguería" porque no se requiere idoneidad para ejercer la Farmacia. Ahí se complica la cosa.

En Colombia la norma establece una clara diferencia entre quien ejerce como profesional en una Farmacia y se conoce como "Farmacia Droguería" y quien lo hace sin necesidad de estar capacitado académicamente y se denomina "Drogueria", esto sonaría bien si a la Droguería se le limitara las actividades y solo pudiese manejar productos de venta libre, pero no, la Droguería representa más del 80% del mercado farmacéutico y puede vender todo tipo de productos sin restricción. 

Si revisamos la normativa nos daremos cuenta que no hay mayor diferencia entre Farmacia Droguería y Droguería, lo único es la elaboración de magistrales, tema que no le interesa al droguista que al final es un comerciante en un mercado especializado, es tan comerciante que vende líneas diferentes a la Farmacia tales como alimentos, licores y miscélanea, muchos se llaman Minimarket, todo con el visto bueno de las autoridades que incluso exigen un curso de "manipulación de los alimentos"

Se pudiese pensar que esto no tiene mayores consecuencias, sin embargo en el concepto de Farmacia como parte esencial de la comunidad, el problema es que la ausencia de farmacias profesionales impacta en la salud publica ya que la población no cuenta con el farmacéutico como agente sanitario y termina en manos de comerciantes.

El Ministerio de Salud está en mora de comenzar a rediseñar el modelo actual de Farmacias en Colombia, debe pensar en la salud pública y no solo en los intereses comerciales de los droguistas, es inconcebible que en pleno siglo XXI el modelo de farmacia se base en un modelo económico que existía en los años 70 del siglo pasado.

¿Como hacerlo? Estableciendo una clara diferencia entre FARMACIA y DROGUERÍA, dejando a la segunda como un establecimiento comercial de medicamentos de venta libre y productos para la salud con la presencia obligatoria de personal idóneo, mínimo Técnicos en Farmacia, y dejando la venta de productos bajo prescripción a la Farmacia que además tendría que realizar labores de farmacovigilancia y formar parte de una Red Nacional de Atención Farmacéutica.

Si bien es cierto que algunos droguistas son Regentes de Farmacia, el gremio de Droguistas no ha hecho esfuerzos serios para exigir a sus miembros a que el Director Técnico sea un Regente de Farmacia, sus esfuerzos son aislados tanto que ni siquiera las opciones de programas de Regentes Exprés les han servido para profesionalizarse. No hay una política clara, la idea es seguir aprovechando su condición de Droguistas.

Pero también hay otros responsables de esto: Los Regentes de Farmacia que no entendimos que es la Farmacia Comunitaria la razón de ser de la profesión ("Rescatar la Farmacia por la Salud del Pueblo"), la academia que desconoce la importancia del Regente de Farmacia y sigue insistiendo en formar "apoyo" del Químico Farmacéutico y los Químicos Farmacéuticos que desde 1967 se desentendieron de este mercado.

Como docente y Regente de Farmacia en ejercicio siempre he creído que la solución está en una política que podría aplicarse en el tiempo así:

1. 5 años de plazo para que todo el personal que labora en Droguerías sea como mínimo Auxiliar en Servicios Farmacéuticos

2. 10 años para que los actuales "Expendedores de Medicamentos" se forman como Regentes de Farmacia

3. En un plazo de 5 años diferenciar la "Drogueria" de la "Farmacia", limitando la primera a la venta de medicamentos de venta libre y productos para la salud que no formen parte de terapias médicas, como algunos dispositivos médicos.

4. Suspender la figura de capitación de entrega de medicamentos a las EPS y trasladar esa responsabilidad a las Farmacias para aumentar la cobertura bajando costos de operatividad.

Muchas Droguerías y muchos Droguistas se han preparado para este momento, esto no afectaría su negocio, por el contrario sería el respaldo a una labor que vienen realizando al servicio de la comunidad.

Temas como estos son los que deberían de debatirse en la Política Farmacéutica Nacional, mientras seguiremos con un modelo donde se impone las condiciones de los mercaderes por encima de las necesidades de la salud.